Contigo no se puede conducir.
No.
Haces que cada carretera convencional no lo
sea y aumentas la velocidad poniéndome en riesgo. Poniéndome en riesgo de
enamorarme más, y más, y aumentan los kilómetros/hora y las horas corren cuando
estoy contigo.
Y me paran.
Y me multa la envidia de la gente por cogerte
de la mano.
Y seguimos corriendo, y te beso, y me besas.
Nos besamos.
Bajo el techo del coche nos miran las estrellas celosas y salgo a respirar al
exterior, salgo de mi burbuja de cristal empañado y el viento choca con cada
parte de mi cuerpo haciéndome sentir más vivo.
Colisión frontal…
Lateral…
Trasera…
Me choco de nuevo contra tus mejillas.
Y la luna se rompe cuando me escucha gritar.
Y se caen las estrellas.
Y yo muero abrazado a ti, y vuelta a empezar.